Bueno hoy vamos a hablar de un querido personaje para muchos: Alejandro Sanz.
Que como todos sabemos ha encabezado junto a otros “artistas” y gente del gobierno una campaña contra la piratería.
Sin extenderme mucho en el tema, ya que soy demasiado vago, diré unas cosas: lo están investigando por defraudar impuestos en España.
O sea, que yo que pago mis impuestos en España y demás por bajarme algunas canciones para escucharlas y ver si merece la pena tal y como actualmente permite la ley española, ya que el compartir sin ánimo de lucro es legal en España, cosa que no suele ser así, ya que de 10 canciones te gustan 2, soy un pirata, ladrón y otras cosas. Mientras él me llama eso a mí y a muchos más se dedica a ingresar pasta en otros países para no pagar impuestos.
Y luego pide al gobierno que gaste de esos impuestos que han pagado los españoles y ellos no, en aumentar su margen de beneficios.
Cada uno que opine lo que quiera.
martes, 16 de diciembre de 2008
domingo, 14 de diciembre de 2008
Primera queja
Bueno ya sabemos que a todos nos ha pasado algo con la Seguridad Social, pero en este caso es que además tienen las santas pelotas de restregarnos sus mentiras por la cara. O más bien sus verdades a medias.
En el caso del Sergas, que es el que conocemos de manera más directa, me puedo quejar de varias cosas, entre ellas, gracias a su incompetencia y negativa a cambiar unas citas, llevo de baja desde junio, lo que a parte de los problemas de depresión y demás que ya tenía que se han visto agravados, la empresa para la que trabajaba, aprovechando todo esto de la crisis, ha decido reducir plantilla y yo al estar de baja mi productividad es nula así que han buscado una excusa tonta y ahora estoy de baja y sin empleo.
Bueno, pues a eso hay que añadirle que estos días han puesto en la tele unos anuncios diciendo los gastos y mejoras en los sistemas informáticos y que casi todo, 8 de cada 10 casos, se resuelven en la consulta del médico de cabecera.
Bien eso no sé bien hasta qué punto es correcto, lo que sí puedo decir es que los sistemas informáticos son más bien penosos.
En lugar de filtrar el acceso a internet a los médicos lo que hacen es bloquearlo, así cuando un medico tiene que consultar información o algunas cosillas muchas veces se ve con que no tiene acceso. Entre otras mejoras han puesto teléfonos IP de Cisco para ahorrar costes en telefonía. Para llamar, por ejemplo, a recepción tienen que usar una lista que les han pasado y teclear uno a uno todo los números de la extensión en lugar de utilizar la capacidad de memoria de esos teléfonos.
En mi caso tengo que ir todas las semanas a por el parte de baja, sólo para eso. Voy y pierdo mi tiempo y el de mi médico, cuando ya saben que hasta que me vea el especialista tengo que ir una vez a la semana por lo mismo. Es más cómodo que el sistema me haga ese papel y pase a por él en recepción.
Luego está el sistema de medicamentos. Pongamos por ejemplo un tratamiento para 10 días. Son en total 30 pastillas ya que son tres por día, una cada 8 horas. Se han gastado una pasta en la implementación de genéricos, que eso lo veo bien, pero necesito 2 recetas de 24 pastillas lo que hace que de una caja me sobren 18. O sea, una perdida para mí y para el estado y ganancia para la empresa farmacéutica. A lo que hay que sumarle que como me las dio para un dolor de cabeza y ahora me pasa lo mismo, pruebo con eso a ver si me pasa, o sea la automedicación tan perjudicial que la gente algo más joven lo entendemos pero la gente un poco más mayor no. Además de que luego van al médico y se olvidan de comentar que han tomado esa pastilla y el médico al no saberlo receta sin tener eso en cuenta con las consecuencias posteriores. O sea, que muy bonito el anuncio de la tele pero en lugar de esa pasta en anuncios podían invertirla en mejorar realmente la infraestructura.
También tenemos el caso de los sistemas de receta electrónica, que la tarjeta sanitaria en lugar de ser de banda magnética, cuando la gente la va renovando se cambien por las de chip, en la que se puede meter la historia clínica, alergias y cosas así. Por ejemplo, un diabético que se marea y se mete una hostia en coche, llega la ambulancia y el tío puede palmarla por hipoglucemia, mientras que con la tarjeta el lector les dirá eso y con una prueba de sangre y en unos minutos ya saben bastante del posible problema. Las conexiones de datos actuales y los avances tecnológicos permiten eso y hasta que mi tarjeta del Sergas consultada en, por ejemplo, Barcelona, les diga a los médicos mucho de lo que necesitan saber. Porque yo sé qué tomo X cosas y que tengo alergias, enfermedades y demás pero estando de vacaciones en Madrid, por ejemplo, me siento mal y voy al médico con algún colega amable que me acompaña y me siento tan mal que no puedo ni hablar y mi colega no sabe lo bastante de mi. Entre que localizan a alguien que sí sepa y demás se pierde a veces un tiempo que puede ser vital.
Bueno eso, que me seguiré quejando y sobre todo del puñetero cartelito de “eu apuntome ao bo trato”, que en castellano es “yo me apunto al buen trato”. Eso es que se quejan los que curran en centros médicos de que la gente les grita, pero ellos te tratan como un imbécil, una mierda o cosas peores. O sea, te exigen que los trates bien pero ellos a ti no.
A todo esto un caso real:
Accidente de coche. Chico de 30 años con problemas de espalda y medicación para controlar dolores y contracturas. Llega al hospital tras una hora esperando a que le miren. El dolor es bastante alto y pide unos calmantes como los que usa que se le quedaron en el coche por culpa del accidente, ya que lo llevo la ambulancia. Como no saben qué toma y qué se le ha recetado o no lo quieren saber, no se le da nada hasta que pasa a consulta tres horas después. Resultado: espalda contracturada y varias semanas de dolor cuando con mirar la historia y ver qué esa persona toma un calmante X desde hace más de un año y está pidiendo eso, se le da y esa persona mejoraría mucho más rápido ya que no se ha pasado de dolor a contractura y no tendría que pasar dos semanas en cama casi sin moverse.
En el caso del Sergas, que es el que conocemos de manera más directa, me puedo quejar de varias cosas, entre ellas, gracias a su incompetencia y negativa a cambiar unas citas, llevo de baja desde junio, lo que a parte de los problemas de depresión y demás que ya tenía que se han visto agravados, la empresa para la que trabajaba, aprovechando todo esto de la crisis, ha decido reducir plantilla y yo al estar de baja mi productividad es nula así que han buscado una excusa tonta y ahora estoy de baja y sin empleo.
Bueno, pues a eso hay que añadirle que estos días han puesto en la tele unos anuncios diciendo los gastos y mejoras en los sistemas informáticos y que casi todo, 8 de cada 10 casos, se resuelven en la consulta del médico de cabecera.
Bien eso no sé bien hasta qué punto es correcto, lo que sí puedo decir es que los sistemas informáticos son más bien penosos.
En lugar de filtrar el acceso a internet a los médicos lo que hacen es bloquearlo, así cuando un medico tiene que consultar información o algunas cosillas muchas veces se ve con que no tiene acceso. Entre otras mejoras han puesto teléfonos IP de Cisco para ahorrar costes en telefonía. Para llamar, por ejemplo, a recepción tienen que usar una lista que les han pasado y teclear uno a uno todo los números de la extensión en lugar de utilizar la capacidad de memoria de esos teléfonos.
En mi caso tengo que ir todas las semanas a por el parte de baja, sólo para eso. Voy y pierdo mi tiempo y el de mi médico, cuando ya saben que hasta que me vea el especialista tengo que ir una vez a la semana por lo mismo. Es más cómodo que el sistema me haga ese papel y pase a por él en recepción.
Luego está el sistema de medicamentos. Pongamos por ejemplo un tratamiento para 10 días. Son en total 30 pastillas ya que son tres por día, una cada 8 horas. Se han gastado una pasta en la implementación de genéricos, que eso lo veo bien, pero necesito 2 recetas de 24 pastillas lo que hace que de una caja me sobren 18. O sea, una perdida para mí y para el estado y ganancia para la empresa farmacéutica. A lo que hay que sumarle que como me las dio para un dolor de cabeza y ahora me pasa lo mismo, pruebo con eso a ver si me pasa, o sea la automedicación tan perjudicial que la gente algo más joven lo entendemos pero la gente un poco más mayor no. Además de que luego van al médico y se olvidan de comentar que han tomado esa pastilla y el médico al no saberlo receta sin tener eso en cuenta con las consecuencias posteriores. O sea, que muy bonito el anuncio de la tele pero en lugar de esa pasta en anuncios podían invertirla en mejorar realmente la infraestructura.
También tenemos el caso de los sistemas de receta electrónica, que la tarjeta sanitaria en lugar de ser de banda magnética, cuando la gente la va renovando se cambien por las de chip, en la que se puede meter la historia clínica, alergias y cosas así. Por ejemplo, un diabético que se marea y se mete una hostia en coche, llega la ambulancia y el tío puede palmarla por hipoglucemia, mientras que con la tarjeta el lector les dirá eso y con una prueba de sangre y en unos minutos ya saben bastante del posible problema. Las conexiones de datos actuales y los avances tecnológicos permiten eso y hasta que mi tarjeta del Sergas consultada en, por ejemplo, Barcelona, les diga a los médicos mucho de lo que necesitan saber. Porque yo sé qué tomo X cosas y que tengo alergias, enfermedades y demás pero estando de vacaciones en Madrid, por ejemplo, me siento mal y voy al médico con algún colega amable que me acompaña y me siento tan mal que no puedo ni hablar y mi colega no sabe lo bastante de mi. Entre que localizan a alguien que sí sepa y demás se pierde a veces un tiempo que puede ser vital.
Bueno eso, que me seguiré quejando y sobre todo del puñetero cartelito de “eu apuntome ao bo trato”, que en castellano es “yo me apunto al buen trato”. Eso es que se quejan los que curran en centros médicos de que la gente les grita, pero ellos te tratan como un imbécil, una mierda o cosas peores. O sea, te exigen que los trates bien pero ellos a ti no.
A todo esto un caso real:
Accidente de coche. Chico de 30 años con problemas de espalda y medicación para controlar dolores y contracturas. Llega al hospital tras una hora esperando a que le miren. El dolor es bastante alto y pide unos calmantes como los que usa que se le quedaron en el coche por culpa del accidente, ya que lo llevo la ambulancia. Como no saben qué toma y qué se le ha recetado o no lo quieren saber, no se le da nada hasta que pasa a consulta tres horas después. Resultado: espalda contracturada y varias semanas de dolor cuando con mirar la historia y ver qué esa persona toma un calmante X desde hace más de un año y está pidiendo eso, se le da y esa persona mejoraría mucho más rápido ya que no se ha pasado de dolor a contractura y no tendría que pasar dos semanas en cama casi sin moverse.
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